Caracoles cuánticos

Lo siguiente obtuve de un episodio de QI, un programa de televisión presentada por Stephen Fry y especializada en hechos inútiles y interesantes a la vez. Además, se deshace de bastantes de los mitos más comunes (por ejemplo: el champán no fue inventada por los franceses sino por los ingleses, y la tierra no tiene una sino dos lunas).

En este episodio en particular, se menciona que erase una vez un hombre que creía que los caracoles que se habían apareados, estarán en adelante para siempre conectados telepáticamente. Y así, se le ocurrió la idea de un telégrafo de caracoles. Pon un conjunto de 26 caracoles en París y da una etiqueta a cada uno de ellos con una letra del alfabeto. Enviar todos sus 26 ex amantes a Nueva York, y – de nuevo – identifica cada uno de ellos con la misma letra con que su ex pareja telepática en París está asociada.
Ahora se puede escribir una palabra por medio de mover las colas de los caracoles en París que hacen las letras correspondentes de esa palabra. Sus socios telepáticos en Nueva York inmediatamente reciben los señales de sus compañeros del alma y, por tanto mueven las colas también. Un lector en New York podría deducir de qué palabra se trata. De esta manera, se podría enviar mensajes desde París a Nueva York sin perder tiempo.

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¡Ay, la luna! (2)

 

Si estoy en una fiesta y digo cualquier cosa sobre Einstein, quarks o la mecánica cuántica (ó, siendo holandés, la naranja mecánica, pero esto es otro asunto), lo más probable es que alguien se pondrá a mi lado y empezará hablar sobre el budismo. Los físicos, hoy en día, somos populares. Primero porque somos tímidos. Y segundo, porque somos capaces de destruir el mundo en menos que 7 segundos. Es una combinación super-sexy: la timidez y la destrucción masiva.

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